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NOTICIAS INSÓLITAS DEL MUNDO REAL, 1-3.08, 2ª ed.


1. El pasado mes de noviembre tres hombres eran detenidos en Sudáfrica por haber decapitado a un niño de 7 años en el transcurso de un ritual de brujería. Este es el último de una serie de casos de niños asesinados en África en 2007, en una terrorífica cadena de fanatismo sectario.

En países africanos como Nigeria, Ángola, Sudáfrica y sólo en la República Democrática del Congo, alrededor de 70.000 niños han sido acusados o perseguidos por razones relacionadas con la brujería.
Algunos rasgos del malnutrición, baja estatura, carácter violento, eneuresis, epilepsia o malformaciones podían haber sido interpretados como síntomas de posesión o brujería.
El terror es máximo cuando nos llegan noticias como la de la irracional creencia de que el SIDA se cura teniendo relaciones sexuales con menores vírgenes, esto provocó una oleada de violaciones de niños espantosa.

Y el terror continúa porque según una leyenda urbana, los genitales de esos niños, utilizados en pócimas mágicas, podían matar el VIH, lo que produjo numerosos ataques a menores y mutilación de sus órganos sexuales.
La colaboración entre médicos africanos, con un dispensario mínimo, y curanderos ha desatado una psicosis asesina sin precedentes, que ha llevado a reclutar niños utilizados para la comisión de crímenes rituales.
Los primeros casos de crímenes rituales de niños africanos han empezado a detectarse en Europa a través de las oleadas de inmigración subsahariana.
Recordemos el Caso Adam en 2001 en Londres: su cuerpo apareció flotando en el Támesis con sus genitales mutilados. Scotland Yard llegó a la conclusión de que era una víctima de sacrificios rituales y desmanteló la organización implicada en su crimen, relacionada con tráfico de seres humanos.

2. La policía británica se muestra desconcertada por una cadena de suicidios de jóvenes por Internet ocurridos en la ciudad de Gales. La última víctima ha sido Natasha Randall, de 17 años. En su ordenador la policía rastreó visitas a sitios de suicidio en Internet. Es la séptima víctima y curiosamente los seis jóvenes, todos hombres,que se quitaron la vida con anterioridad, pasaban chateando largas horas bajo el nick de Wild-child, lo que llevó a la policía a pensar en un vínculo común.
Los especialistas y psicólogos hablan de un letal efecto de imitación y de una “inmortalidad virtual” que fascina a los jóvenes, ya que la muerte les convierte en héroes trágicos, eternamente jóvenes y captan la atención durante un tiempo. Al parecer esta certeza les basta para suicidarse.